miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Qué? ¿Pintura verde?



Lo dicen los ancianos desde hace años, y todo mundo dice que los tiempos cambian, que no es cierto, que las cosas solo son diferentes con cada generación, el problema es que a pesar de todo lo que digamos, hay una verdad que vale para cualquiera, lo reconozcan o no, y es esta: el mundo se esta yendo a la mierda.

“Pero eso lo dicen siempre, cada década es lo mismo, la gente y sus costumbres cambian, que no te guste lo mismo es otro pedo” dice todo mundo, pero nosotros no nos referimos a eso, si te vistes de alguna manera, o escuchas la música que sea, no importa, y nunca ha importado, por que las costumbres evolucionan, y, es mas, generalmente lo que queda de generaciones anteriores generalmente es solo lo mejor y mas eficiente, convirtiendo la transformación de generación en generación en una lenta pero constante destilación. Entonces, ¿qué es lo que esta mal? ¿Qué es lo que esta oxidado y arrumbado en el rincón de la decadencia? Pues la gente misma, los seres humanos que, aglomerados en grupos y sociedades, le damos sentido a esto que llamamos mundo.

¿Pero, por qué está mal la gente? Y por que, ¿hay acaso algo mal en las personas, en ti en mi?

Pues tal vez, en efecto, hay algo mal con las personas, pero es difícil saberlo; lo que sí es fácil saber es que algo anda mal con la gente, no con los individuos (o no tan gravemente, por lo menos), los problemas de cada quien son relativamente fáciles de aislar, la verdadera faena se arma cuando hay problemas generados por todos, y que nos afectan a todos. “¿Qué problemas?” dirán, “¿Acaso la guerra, la economía deficiente, o los políticos corruptos?”. Pues no, esos problemas, aunque son indudablemente graves, no son de los que hablamos. Los problemas que conciernen a este blog son mas escurridizos, y paradójicamente, aumentan en cuanto a cantidad y gravedad aunque en teoría deberían ser mas fáciles de eliminar. El problema es nuestra actitud, nuestro comportamiento para con los demás, la influencia que tenemos sobre otros, consciente e inconscientemente, así como lo que, absurdamente, hacemos para complacer y seguir a los demás aunque tal fin solo existe en nuestras cabezas.

Todas esas cosas son de lo peor que nos pasa, y de una u otra manera persisten en nuestro inconsciente. Algo tan simple como vivir se puede volver un martirio, y todo gracias a nuestra actitud. Y tal vez lo peor de todo es que si alguien, tu, yo, o quien sea, podemos cambiar si reconocemos en qué la regamos y nos lo proponemos, pero no podemos cambiarles la actitud a los demás. Aunque como una pared ajena, arruinada por el tiempo o mal graffitti podemos intentar ayudar, tal vez no reparando los ladrillos, pero sí con una mano de pintura. Verde...

Rojo

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