miércoles, 26 de octubre de 2011

miércoles, 19 de octubre de 2011

Silencio


ΕÞδουσιν δ’ όρκων κορυφαˆ τε καˆ φαράγες
Πρώονες τε καˆ χαράδραι

Las crestas montañosas duermen; los valles, los riscos
y las grutas están en silencio.
(Alcmán [60(10),646])

Escúchame -dijo el Demonio, apoyando la mano en mi cabeza-. La región de que hablo es una lúgubre región en Libia, a orillas del río Zaire. Y allá no hay ni calma ni silencio.

Las aguas del río están teñidas de un matiz azafranado y enfermizo, y no fluyen hacia el mar, sino que palpitan por siempre bajo el ojo purpúreo del sol, con un movimiento tumultuoso y convulsivo. A lo largo de muchas millas, a ambos lados del legamoso lecho del río, se tiende un pálido desierto de gigantescos nenúfares. Suspiran entre sí en esa soledad y tienden hacia el cielo sus largos y pálidos cuellos, mientras inclinan a un lado y otro sus cabezas sempiternas. Y un rumor indistinto se levanta de ellos, como el correr del agua subterránea. Y suspiran entre sí.

Pero su reino tiene un límite, el límite de la oscura, horrible, majestuosa floresta. Allí, como las olas en las Hébridas, la maleza se agita continuamente. Pero ningún viento surca el cielo. Y los altos árboles primitivos oscilan eternamente de un lado a otro con un potente resonar. Y de sus altas copas se filtran, gota a gota, rocíos eternos. Y en sus raíces se retuercen, en un inquieto sueño, extrañas flores venenosas. Y en lo alto, con un agudo sonido susurrante, las nubes grises corren por siempre hacia el oeste, hasta rodar en cataratas sobre las ígneas paredes del horizonte. Pero ningún viento surca el cielo. Y en las orillas del río Zaire no hay ni calma ni silencio.

Era de noche y llovía, y al caer era lluvia, pero después de caída era sangre. Y yo estaba en la marisma entre los altos nenúfares, y la lluvia caía en mi cabeza, y los nenúfares suspiraban entre sí en la solemnidad de su desolación.

Y de improviso levantóse la luna a través de la fina niebla espectral y su color era carmesí. Y mis ojos se posaron en una enorme roca gris que se alzaba a la orilla del río, iluminada por la luz de la luna. Y la roca era gris, y espectral, y alta; y la roca era gris. En su faz había caracteres grabados en la piedra, y yo anduve por la marisma de nenúfares hasta acercarme a la orilla, para leer los caracteres en la piedra. Pero no pude descifrarlos. Y me volvía a la marisma cuando la luna brilló con un rojo más intenso, y al volverme y mirar otra vez hacia la roca y los caracteres vi que los caracteres decían DESOLACIÓN.

Y miré hacia arriba y en lo alto de la roca había un hombre, y me oculté entre los nenúfares para observar lo que hacía aquel hombre. Y el hombre era alto y majestuoso y estaba cubierto desde los hombros a los pies con la toga de la antigua Roma. Y su silueta era indistinta, pero sus facciones eran las facciones de una deidad, porque el palio de la noche, y la luna, y la niebla, y el rocío, habían dejado al descubierto las facciones de su cara. Y su frente era alta y pensativa, y sus ojos brillaban de preocupación; y en las escasas arrugas de sus mejillas leí las fábulas de la tristeza, del cansancio, del disgusto de la humanidad, y el anhelo de estar solo.

Y el hombre se sentó en la roca, apoyó la cabeza en la mano y contempló la desolación. Miró los inquietos matorrales, y los altos árboles primitivos, y más arriba el susurrante cielo, y la luna carmesí. Y yo me mantuve al abrigo de los nenúfares, observando las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad, pero la noche transcurría, y él continuaba sentado en la roca.

Y el hombre distrajo su atención del cielo y miró hacia el melancólico río Zaire y las amarillas, siniestras aguas y las pálidas legiones de nenúfares. Y el hombre escuchó los suspiros de los nenúfares y el murmullo que nacía de ellos. Y yo me mantenía oculto y observaba las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad; pero la noche transcurría y él continuaba sentado en la roca.

Entonces me sumí en las profundidades de la marisma, vadeando a través de la soledad de los nenúfares, y llamé a los hipopótamos que moran entre los pantanos en las profundidades de la marisma. Y los hipopótamos oyeron mi llamada y vinieron con los behemot al pie de la roca y rugieron sonora y terriblemente bajo la luna. Y yo me mantenía oculto y observaba las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad; pero la noche transcurría y él continuaba sentado en la roca.

Entonces maldije los elementos con la maldición del tumulto, y una espantosa tempestad se congregó en el cielo, donde antes no había viento. Y el cielo se tornó lívido con la violencia de la tempestad, y la lluvia azotó la cabeza del hombre, y las aguas del río se desbordaron, y el río atormentado se cubría de espuma, y los nenúfares alzaban clamores, y la floresta se desmoronaba ante el viento, y rodaba el trueno, y caía el rayo, y la roca vacilaba en sus cimientos. Y yo me mantenía oculto y observaba las acciones de aquel hombre. Y el hombre tembló en la soledad; pero la noche transcurría y él continuaba sentado.

Entonces me encolericé y maldije, con la maldición del silencio, el río y los nenúfares y el viento y la floresta y el cielo y el trueno y los suspiros de los nenúfares. Y quedaron malditos y se callaron. Y la luna cesó de trepar hacia el cielo, y el trueno murió, y el rayo no tuvo ya luz, y las nubes se suspendieron inmóviles, y las aguas bajaron a su nivel y se estacionaron, y los árboles dejaron de balancearse, y los nenúfares ya no suspiraron y no se oyó más el murmullo que nacía de ellos, ni la menor sombra de sonido en todo el vasto desierto ilimitado. Y miré los caracteres de la roca, y habían cambiado; y los caracteres decían: SILENCIO.

Y mis ojos cayeron sobre el rostro de aquel hombre, y su rostro estaba pálido. Y bruscamente alzó la cabeza, que apoyaba en la mano y, poniéndose de pie en la roca, escuchó. Pero no se oía ninguna voz en todo el vasto desierto ilimitado, y los caracteres sobre la roca decían: SILENCIO. Y el hombre se estremeció y, desviando el rostro, huyó a toda carrera, al punto que cesé de verlo.

Pues bien, hay muy hermosos relatos en los libros de los Magos, en los melancólicos libros de los Magos, encuadernados en hierro. Allí, digo, hay admirables historias del cielo y de la tierra, y del potente mar, y de los Genios que gobiernan el mar, y la tierra, y el majestuoso cielo. También había mucho saber en las palabras que pronunciaban las Sibilas, y santas, santas cosas fueron oídas antaño por las sombrías hojas que temblaban en torno a Dodona. Pero, tan cierto como que Alá vive, digo que la fábula que me contó el Demonio, que se sentaba a mi lado a la sombra de la tumba, es la más asombrosa de todas. Y cuando el Demonio concluyó su historia, se dejó caer, en la cavidad de la tumba y rió. Y yo no pude reírme con él, y me maldijo porque no reía. Y el lince que eternamente mora en la tumba salió de ella y se tendió a los pies del Demonio, y lo miró fijamente a la cara.

Edgar Allan Poe

Azul

lunes, 17 de octubre de 2011

Un hombre.

Imagina a un hombre. Un hombre que propone dibujar al mundo. Y que habla sobre otro hombre que lo hizo. Imagina a un hombre. Un hombre que nos reveló el arte ignorado de traducir. Un hombre que a sus 10 años había leído a más autores clásicos de los que tú y yo conocemos. Imagina a un hombre que recuperó y redefinió la lengua española. Imagina a un hombre que cambió la tradición militar de su familia de 5 generaciones con muchas victorias y tardes de gloria, por la incomprendida gloria de escribir. Imagina a un hombre. Un hombre que a los 9 años publica sus primeros escritos.  Un hombre que escribió por más de 60 años, pero no puede ser limitado a una corriente, ni englobado en cierta explosión, aunque él fue la pólvora necesaria. Imagina a un hombre cuyo nombre no puede ser pronunciado por muchos y su obra entendida por menos, pero nos ha influenciado a todos. Un hombre que con el título de "Inspector de aves y conejos" trascendió más en el mundo que los necios que se lo dieron. Imagina a un hombre que tenía una sola patria, pero no era la de ninguna nación. Un hombre que no se limitó por fronteras. Un hombre que habló 9 idiomas, varios de estos para poder leer las obras tal como habían sido concebidas. Un hombre que no tuvo miedo de expresar sus opiniones políticas, aunque estas lo condenaran para la eternidad. Un hombre que luego no titubeó para retractarse de ellas, al ver el panorama más claro. Imagina a un hombre que creó mil laberintos. Y que nos habló de mil más. Imagina a un hombre que inventó personajes tan bien, que aún son buscados en la historia para comprobarlo. Un hombre que divisó el infinito, y a éste mismo dentro de él. Un hombre que, debajo de una escalera, previó el Internet, sólo tres años después de ENIAC. Imagina a un hombre que soñó que alguien más lo soñaba. Un hombre que nos habló de lo que sentía la bestia. Un hombre que se dedicaba obras a sí mismo, sin escribir para él.  Imagina a un hombre que advierte que el mundo de Berkeley se apodera del nuestro. Un hombre que quedó maravillado por la Invención de Morel. Un hombre que nos habló de obras que son sólo cuánticamente posibles. Un hombre que nos señaló la maravilla que es olvidar. Imagina a un hombre que soñó el paraíso en una biblioteca, pero el infierno en un libro. O quizá en todos. Imagina a un hombre que se soñó eterno, para poder recorrer bibliotecas infinitas. Imagina a un hombre que sin poder ver, vio más que todos nosotros. Imagina a un hombre que con menos de 100 hojas por obra, se ganó la eternidad. Imagina a un hombre. Un hombre que no debe ser imaginado... http://bit.ly/qNfD1


Naranja

sábado, 15 de octubre de 2011

Compilación Septiembre '11

Como ya es costumbre (me imaagino que también la tardanza ha de serlo), aquí está la compilación de septiembre, es un poco dispersa, pero este mes estuvo loco, fue duro, hubo de todo.
Espero que la disfrutes!

1. Bitter Sweet Symphony - The Verbe
2. Give Peace a Chance - John Lennon
3. Somewhere Only We Know - Keane
4. Rambling Through The Avenues Of Time - Flight of the Conchords
5. Rock & Roll Queen - The Subways
6. Remind Me - Röyksopp
7. Don't Look Back in Anger - Oasis
8. Year of the Cat - AL Stewart
9. Ride On -  Crustation
10. I Will Follow You Into the Dark - Death Cab for Cutie
11. 505 - Arctic Monkeys
12. Street Spirit [Fade Out] - Radiohead
13. Take a Minute - K'naan
14. Otro Mundo - Manu Chao



Azul

martes, 11 de octubre de 2011

El espejo de viento y luna


En un año las dolencias de Kia Yui se agravaron. La imagen de la inaccesible señora Fénix gastaba sus días; las pesadillas y el insomnio, sus noches.

Una tarde un mendigo taoísta pedía limosna en la calle, proclamando que podía curar las enfermedades del alma. Kia Yui lo hizo llamar. El mendigo le dijo:

-Con medicinas no se cura su mal. Tengo un tesoro que lo sanará si sigue mis órdenes.

De su manga sacó un espejo bruñido de ambos lados; el espejo tenía la inscripción: Precioso Espejo de Viento y Luna. Agregó:

-Este espejo viene del Palacio del Hada del Terrible Despertar y tiene la virtud de curar los males causados por los pensamientos impuros. Pero guárdese de mirar el anverso. Sólo mire el reverso. Mañana volveré a buscar el espejo y a felicitarlo por su mejoría.

Se fue sin aceptar las monedas que le ofrecieron.

Kia Yui tomó el espejo y miró según le había indicado el mendigo. Lo arrojó con espanto: El espejo reflejaba una calavera. Maldijo al mendigo; irritado, quiso ver el anverso. Empuñó el espejo y miró: Desde su fondo, la señora Fénix, espléndidamente vestida, le hacía señas. Kia Yui se sintió arrebatado por el espejo y atravesó el metal y cumplió el acto de amor. Después, Fénix lo acompañó hasta la salida. Cuando Kia Yui se despertó, el espejo estaba al revés y le mostraba, de nuevo, la calavera. Agotado por la delicia del lado falaz del espejo, Kia Yui no resistió, sin embargo, a la tentación de mirarlo una vez más. De nuevo Fénix le hizo señas, de nuevo penetró en el espejo y satisficieron su amor. Esto ocurrió unas cuantas veces. La última, dos hombres lo apresaron al salir y lo encadenaron.

-Los seguiré -murmuró- pero déjenme llevar el espejo.

Fueron sus últimas palabras. Lo hallaron muerto, sobre la sábana manchada.
Tsao Hsue-Kin

Azul

miércoles, 5 de octubre de 2011

Las vírgenes feas


La Manuela había espachurrado ajo toda la mañana, así que de la cocina salía un olor envolvente que yo sabía le iba a durar en los dedos por lo menos tres días. La vi llenar un cuenco de ajos machacados, y luego otro y otro, y no me alarmaba mientras pensaba que era para la sopa. Pero cuando vi a la Manuela caminar al cantero y amasar el ajo con tierra húmeda en un cazo, le dije «ah, ahora sí que vos estas soreca, tata ¿vamos a comer suelo aliñado?». «No juegues», me dijo, «que ahorita cuando se nos acabe la poca tortilla que queda, voy a pensar en unos tamalitos de barro», y se rió. A mí siempre me gustaba aquella risa linda de la Manuela, como si no le tuviera miedo a nada en el mundo. «Ven», me llamó, «¿ves cómo espanta a los zompopos?». Yo no veía nada, pero ella decía que por tanto zompopero hacía tiempo que no teníamos flores. El ajo es bueno, dijo.

La miraba, día tras día, velar el cantero. Se acercaba con la puntita del cuchillo a ver si había brotado algún retoño, pero en vano. La tierra estaba muerta y los zompopos seguían su pachanga como si nada. Una mañana, antes de que saliera el sol, la Manuela me tiró de la cama. Andate, dijo, que vamos adonde la virgen, y le vi el rosario entre los dedos. Se puso una mantilla blanca y el único vestidito decente que usaba para ir a Coatepeque. Pensé que algo malo había pasado, pero no me atreví a preguntarle una palabra. Trataba, por mi parte, de descubrirle algún gesto revelador por entre los pliegues casi azulosos del tul.

De la iglesia siempre me sorprendía el contraste entre el bullicio de los vendedores de estampas o velas, y aquel silencio de espanto en la nave. Manuela caminaba con paso firme y de vez en cuando se persignaba frente a las imágenes. Me jalaba por el brazo y mi impulso la chocaba cuando se detenía en seco. «¡La cruz!», me susurró finalmente. Entonces empecé a imitarla y hacía como si me agachara frente a las santas. Llegó a un banquillo y yo me arrodillé junto a ella. La oía murmurando cerca de mí aquellos rezos que aún hoy me pregunto qué podrían haber dicho. «Cierra los ojos», me dijo primero, y luego «¡Vamos ya!». La seguí casi a las carreras. Traté de igualar mi paso corto a su estilo distinguido y su frente en alto, pero estaba aún demasiado expuesta a los asombros. «Flores, señoritas», insistió un hombre interrumpiendo el paso. «Ya tenemos, gracias», dijo Manuela, y solo entonces vi el ramo enorme de dalias que llevaba en la mano contraria.¿De dónde las había sacado? «Ma, seguro que es pecado robarle las flores a la virgen». Ella no contestó. Yo no sabía si poner cara pícara, como que habíamos hecho una travesura, o un gesto grave de consternación. Yo no quería que la virgen me castigara por la complicidad en el delito. Pero descubrí a unos cuilios cerca de la esquina y temí, porque la virgen estaba demasiado lejos para condenarme, y aquellos tenían unos cañonotes largos colgados al hombro. Yo miré a la Manuela, y la mirada pétrea, de una dureza impenetrable, avanzaba de prisa rasgando el aire. Los cuilios le silbaron y le dijeron groserías. No las entendía, pero había aprendido a distinguirlas por el tono. Era de las primeras enseñanzas que nos inculcaban a las nenas. Manuela siguió, y yo me puse muy nerviosa, pensé que nos iban a prender por robarle las flores a una santa. «Anda, deprisa», dijo Manuela y no paramos hasta la casa.

Entonces la vi desparramar el mazo en pequeños ramilletes. Allí, sobre los anaqueles del armario viejo, existía un altar que nunca había imaginado. Una veintena de estampas, amarillas ya, descansaban junto a vasijas con flores secas. Me acerqué, detallé los rostros del panteón de la Manuela. No eran ángeles nevados los que estaban ahí, mirando desde el cartón. No, como la Santa Rita, de nariz filosa y ojos azules, o la inmaculada Santa Liduvina, que yo había visto en una cartilla de Semana Santa, todas cheles y bellas y limpias, con los mantones brocados hasta el piso. En aquellas postales las vírgenes reían a veces, o miraban tristes así, a la nada. Una tocaba guitarra, y otra estaba vestida de militar, con botas de hombre y un fusil contra el piso. Eran indígenas, o gordas, o rugosas, como la tierra seca que no quería florecer.

La Manuela cambió con ternura el agua de los vasos, acomodó los nuevos ramilletes junto a sus santas, les conversó y lloró como niña junto a ellas. Tomó algunas estampas en sus manos y mencionaba nombres, como si hubieran sido sus hermanas, más que yo. Un día tras otro la vi traer flores. A veces lo hacía sin mí. Su altar se poblaba cada vez más con nuevas caras. En ocasiones eran casi cipotas. «No podemos sufrir más», la oí decir, y algo como «lucha» o «guerrita» o «guerrilla». Y era tanta la fuerza, o… no sé… la fe tan grande que depositaba en esas extrañas oraciones, de las que nunca había oído en misa, que estuve segura de que alguna vez, alguna de esas muchas santas manchadas, la iba a oír.



Lidoly Chávez Guerra

lunes, 3 de octubre de 2011

¡Radiohead!

Lo prometido es deuda así que aquí está la discografía completa de Radiohead!
Son sus 8 discos de estudio más el "I Might Be Wrong: Live Recordings", todos están por MediaFire para que sea más fácil su descarga, disfruta!



01. You
02. Creep
03. How Do You?
04. Stop Whispering
05. Thinking About You
06. Anyone Can Play Guitar
07. Ripcord
08. Vegetable
09. Prove Yourself
10. I Can't
11. Lurgee
12. Blow Out





01. Planet Telex
02. The Bends
03. High And Dry
04. Fake Plastic Trees
05. Bones
06. [Nice Dream]
07. Just
08. My Iron Lung
09. Bullet Proof... I Wish I Was
10. Black Star
11. Sulk
12. Steet Spirit [Fade Out]





01. Airbag
02. Paranoid Android
03. Subterranean Homesick Alien
04. Exit Music [For A Film]
05. Let Down
06. Karma Police
07. Fitter Happier
08. Electioneering
09. Climbing Up The Walls
10. No Surprises
11. Lucky
12. The Tourist






01. Everything In Its Right Place
02. Kid A
03. The National Anthem
04. How To Disappear Completely
05. Treefingers
06. Optimistic
07. In Limbo
08. Idioteque
09. Morning Bell
10. Motion Picture Soundtrack






01. Packt Like Sardines In A Crushd Tin Box
02. Pyramid Song
03. Pulk/Pull Revolving Doors
04. You And Whose Army?
05. I Might Be Wrong
06. Knives Out
07. Amnesiac/Morning Bell
08. Dollars & Cents
09. Hunting Bears
10. Like Spinning Plates
11. Life In A Glass House





1. 2 + 2 = 5 (The Lukewarm.)
2. Sit Down. Stand Up. (Snakes & Ladders.)
3. Sail to the Moon. (Brush The Cobwebs Out Of The Sky.)
4. Backdrifts. (Honeymoon Is Over.)
5. Go to Sleep. (Little Man Being Erased.)
6. Where I End And You Begin. (The Sky Is Falling In.)
7. We Suck Young Blood. (Your Time Is Up.)
8. The Gloaming. (Softly Open Our Mouths In The Cold.)
9. There There. (The Boney King Of Nowhere.)
10. I Will. (No Man’s Land.)
11. A Punchup At A Wedding. (No No No No No No No No.)
12. Myxomatosis. (Judge, Jury & Executioner.)
13. Scatterbrain. (As Dead As Leaves.)
14. A Wolf At The Door. (It Girl. Rag Doll.)





1. 15 Step
2. Bodysnatchers
3. Nude
4. Weird Fishes/Arpeggi
5. All I Need
6. Faust Arp
7. Reckoner
8. House of Cards
9. Jigsaw Falling Into Place
10. Videotape







01. Bloom
02. Morning Mr Magpie
03. Little by Little
04. Feral
05. Lotus Flower
06. Codex
07. Give Up The Ghost
08. Separator.




1. The National Anthem
2. I Might Be Wrong
3. Morning Bell
4. Like Spinning Plates
5. Idioteque
6. Everything In Its Right Place
7. Dollars And Cents
8. True Love Waits


Ahora nada más queda bajarlos y disfrutar de la bella música!




Azul

¡Morrissey! ¡Morrissey!


Este diciembre, Morrissey vendrá a México y se presentará en Monterrey, Guadalajara, Puebla y, claro está, en el DF.
Las fechas del tour, que ya se confirmó son las siguientes:


  • 5 de Diciembre – Arena Monterrey en Monterrey, NL
  • 7 y 8 de Diciembre – Plaza Condesa en México DF
  • 10 de Diciembre – Auditorio Complejo Cultural Universitario en Puebla, Pue
  • 12 y 13 de Diciembre – Teatro Diana en Guadalajara, Jalisco

Los boletos están a la venta para el público en general desde el 29 de septiembre y tendrán un costo que va desde los  $880.00 hasta los $1350.00 sin cargos de TicketMaster para el DF. 

Para Puebla el costó será desde $380.00 hasta $1280.00

Para Guadalajara: $350.00 hasta $1250.00

Para Monterrey aún no se ha confirmado el costo, pero se espera que la Arena Monterrey dé a conocerlos pronto.








Azul