domingo, 6 de marzo de 2016

Hoy te volví a ver.
Me encontré contigo en la calle,
donde menos lo hubiera imaginado.

No me dijiste nada,
sólo me observaste
y yo a ti.
Recorrí tu rostro.
O más bien lo juzgué.
Analicé cada facción
cada rasgo
tu ropa
los kilos de más
tu semblante de fracaso y decepción
tu mirada de frustración y desencanto.

Pero no,
no te dije nada.

No fue necesario
vi la reprobación en tus ojos.
Sólo fueron segundos,
o quizá un instante
pero fue suficiente.

Otra vez tú.
Tantas promesas que hiciste.
¿O yo te las hice a ti?
Siguen pendientes
Esperando a que decidas cumplirlas.
Tantos deseos y sueños
tantas aspiraciones.
Tantas fantasías y anhelos.

Huí.
Busqué alejarme.
Sumergido en los recuerdos no me di cuenta de que estabas de nuevo ahí
frente a mí.
Siempre estás ahí.  


Íbamos a comernos el mundo
y ahora sólo encuentro miedo en tu mirada
y siento terror al verte
y recordar la decepción
rememorar la desilusión
la contrariedad de tus palabras
y tus acciones.


Sólo puedo pensar en que te odio.
Te odio
¿o será que odio que no seas lo que quiero?

¿Será acaso que odio amarte?
o quizás me cansé de esperar...
de esperarte.


Huyo de nuevo.
Me refugio en casa
y creo estar seguro
lejos
hasta que te encuentro de nuevo
en ese maldito trumeau que nunca me gustó
pero siempre quise.



Naranja

No hay comentarios:

Publicar un comentario